Criptoanarquismo no es Anarcocapitalismo

Esta es una carta escrita de manera holgada, dirigida a Anarcocapitalistas y Criptoanarquistas que buscan identificarse como lo uno o lo otro, o lo uno y lo otro. Creo que hay algunos puntos a considerar si queremos que el criptoanarquismo realmente refleje filosóficamente lo que propone, puntos que lo separan del Anarcocapitalismo desde su raíz y lo abren a otras posibilidades. Lo mejor es empezar desde la base:

 

Primera parte: El Derecho Natural vs el Poder:

 

No existe derecho natural, ¿quizás la neurociencia y la psicología sean de importancia al momento de definir la naturaleza del hombre? Se debería preguntar la filosofía. Y no, no hay nada que ontológicamente pueda deducirse de nuestros genes y que diga que algo “debe ser”.

Dentro nosotros habita tanto el agresor como el que se apropia de lo de los demás, y la orina del jaguar en el árbol y el instinto de preservación; pero no hay como derivar un derecho intersubjetivo (el “derecho natural”) de una sola parte de la naturaleza humana, somos más complejos que eso. ¿Se puede decir que el oso es frutívoro porque come frutas? No, el oso es frutívoro pero también es carnívoro. De la misma manera, el hombre tiene un instinto de apropiación que a veces respeta lo ajeno y, a veces no.

La corona del lo “natural” es reservada en el lenguaje a aquello que le engloba totalmente a un animal, no debe dársele a una esquina de nuestra personalidad. Si nuestra relación con el “prójimo” es compleja y caótica, tildar de “natural” al acuerdo intersubjetivo de respetar al prójimo como dueño de sí y de lo que produce es un error lingüístico, pues se usa mal el lenguaje al ignorar la connotación.

Lo natural ha sido visto a lo largo de los siglos como características que emanan de una esencia que ha sido conceptualizada de manera religiosa. Así, para Aristóteles la naturaleza era como un ente divino del cual emanan reglas, para Tomás de Aquino algo que cae de un mandamiento bíblico y para Rothbard, una deducción humanista sesgada: “El único curso “natural” para la supervivencia del hombre y la obtención de riqueza es, por lo tanto, el uso de su mente y energía para dedicarse al proceso de la producción e intercambio” (Rothbard en Anatomía del Estado), no, no hay un único curso “natural”.

Hans Hoppe, al darse cuenta y aceptar que quizás esa línea de argumentación pueda ser “difusa” (así lo describe), señala algo a lo que llama Derechos Argumentativos: si tu estas hablando conmigo, quiere decir que yo performativamente reconozco un derecho tuyo sobre tu lengua. Sin embargo, hay dos errores alrededor de esa idea que los anarcocapitalistas generalmente no ven, el primero: que no se pueden utilizar a los derechos argumentativos para hablar de derecho natural, el iusnaturalismo es una teoría diferente. El Derecho Natural trata de algo que emerge de nuestra naturaleza (la suma total de nuestras características), el Derecho Argumentativo trata de algo que se puede deducir del acto de argumentar.

Lo anterior ya debería ser suficiente para desmontar la línea de pensamiento ius-natura. Ahora, en verdad, no se puede deducir lo que Hoppe señala: Un derecho no tiene por que existir a partir del acto de la argumentación. Se trata de una construcción racional ex-post sobre “qué” debe ser utilizado para asentar el concepto de justicia, es algo volitivo, forzado y anti-natural. Nosotros no tenemos un derecho a partir de una evidencia de uso: “tu puedes usar tu lengua”, no “tu tienes un derecho sobre tu lengua porque puedes usarla”. Si los derechos se podrían derivar de lo que se necesita para argumentar, entonces por que no deducir “todos tenemos derecho a un espacio” porque sin espacio, no tengo lugar desde donde argumentar, y más aún, por que no “todos tenemos derecho a comida, sexo, aire y espacio”?  sin cualquiera de los anteriores no se podría argumentar. En verdad, lo único que se puede deducir del prójimo usando su lengua, depende de la relación que yo tenga con el prójimo para saber si yo le reconozco un poder sobre su lengua o no.

Así, se incorpora un entendimiento de una naturaleza humana compleja, bélica, gregaria, caótica y diversa. Experimentos con bebés encuentran que la gregariedad es algo profundamente esencial, y un vistazo a nuestra historia podría confirmarlo: Lo que se puede deducir es que hay un instinto por conservar y expandir mis genes, algo que llevamos muy profundo, algo que compartimos con la papa de Carl Rogers (que lentamente sube hacia el cielo y se expande). Eso es verdaderamente natural, lo que surge de ahí es una lucha de poder y del choque con el “prójimo”, la justicia y lo prohibido.

Históricamente el prójimo ha cambiado, la esclavitud era legal, el genocidio y la conquista, legal, la tortura y la quema y la conscripción, legal. Entonces, la legalidad no es algo que se debe desenterrar de la naturaleza humana, el anarcocapitalista filosofa como si el anarcocapitalismo fuera algo cubierto por lo anti-natural que hay que desenterrar, pero no, la legalidad ha sido y es una cuestión de poder. Así, se entiende que frases como Huerta de Soto escribiendo “el anarcocapitalismo es el único sistema compatible con la naturaleza humana” son un error. El error no es ligero y constituye una cortina de humo, como ya comentaré más adelante.

Michael Foucault, aunque equivocado en otras facetas de su pensamiento e injustamente separado de la pedagogía libertaria, es sin duda el más incisivo al estudiar al Poder. Lo mira fuera del aparato estatal y explica como llega a nuestros cuerpos por distintos canales. Somos individuos de poder, lo recibimos de distintas maneras, y en nuestra búsqueda de expansión, se van generando hilos de moral, de leyes y de tradición.

descentralizacion_poder

Así, a pesar de que los grandes ideales de nuestra civilización ahora se escriben en la ley a través del Estado; liberarlas del Estado no es deber de nuestra “naturaleza”. Descentralizarlas es consecuencia de un instinto de expansión y de crecimiento (el Estado oprime al pueblo, es un monopolio sobre la ley). Esta diferencia de concepto permite a los criptoanarquistas ver más allá de “el fin del Estado” como objetivo, pues lo que realmente está sobre la mesa es la centralización del poder, aunque Google no es un Estado, tiene más o igual razones para descentralizarse, pues el poder corrompe, en las manos de Microsoft o en las manos del partido Socialista.

Los criptoanarquistas entienden que el Internet se debe descentralizar, los anarcocapitalistas no tienen base filosófica (a menos que abandonen el derecho natural) para sostener que es mejor Storj.io que Amazon, pues se podría asentar Amazon sobre derechos naturales (ya se ve la cortina de humo?).

Para el criptoanarquista la lucha no termina con el Estado, comienza con descentralizar el Estado pero entiende que lo más importante no es descentralizar el Estado, sino el Internet. Sabe que la ley se puede convertir en protocolos en la web y esos protocolos pueden ser dictados por compañías, como Facebook, que actualmente ya tienen más poder que muchos gobiernos. Sabe que las compañías son complejas y que la característica economicista de las compañías que las obliga a “conseguir utilidades” es solamente una parte de su actuar, sabe que el CEO de Google puede reunirse con el CEO de la CIA y pueden existir otros intereses ajenos a los dividendos sobre la mesa. Sabe que el verdadero poder está en los datos. Sabe que la vigilancia es capaz de dar increíble poder a quien recibe los datos que genera la humanidad. Es capaz de deducir que hay gente detrás de esos datos y desconfía de Google, de Microsoft y de Facebook.

El criptoanarquista no escapa al término “conspiración”, o, ¿para qué la máscara de Anonymous? El Anarcocapitalista mezcla su bandera con la de CocaCola. El criptoanarquista sabe que CocaCola tuvo el monopolio de la producción de azúcar de caña, y lo ve porque no le nubla una cortina de humo, cataratas en los ojos (NAP).

El anarcocapitalista diría que en un mundo privado, un hombre se podría comprar el Everest y cortarlo por la mitad, o que otro hombre podría comprarse una esquina del planeta y enriquecer todo el uranio que pudiera en su divina propiedad privada sin recibir más que ostracismo (Rothbard).

Un criptoanarquista entiende que la ley brota de la entretejida tela de poder que habita sobre la sociedad, y que en un mundo donde el poder fuera descentralizado quizás habrían protocolos que limiten lo que un dueño puede hacer con su terreno, como una Organización Autónoma Descentralizada, que encargue el territorio del Everest a una fundación cuyas finanzas sean abiertas y resultados expuestos a una cadena de bloques. Es decir, el criptoanarquista entiende la propiedad comunitaria. Es algo que ha estado ahí desde tiempos inmemorables y que ahora lo ha secuestrado el Estado: es un eje importante para las culturas: el redondel de la urbanización, el templo, la montaña.

El criptoanarquista entiende que dado que la propiedad emana de nuestras relaciones de poder. Así, el minero de cobre no sabe cuanto de la mina tiene derecho natural a explotar porque el minero no tiene derecho natural sobre la mina, el minero tiene el derecho a explotar la mina a partir de como se cruza la tela del poder en ese lugar, con ese minero, y dadas las condiciones vecinas. El Poder del Estado se entiende como un centro de información: Allí se escribe un código que describe lo que se puede y no se puede hacer, unos y ceros. El mismo código podría escribirse de forma descentralizada como se construye un blockchain, y más aún, varios protocolos pueden convivir a la vez (revisar el periodo llamado La Convivencia y el trabajo de Pete Leeson). 

El anarcocapitalista cita a Hoppe y a David Friedman con sus propuestas de una ley producida por agencias de seguros, el criptoanarquista entiende que hay una razón por la cual el Bitcoin es superior a los bancos, la decentralización. Y esa razón se puede aplicar a todo.

El criptoanarquista sabe que es posible que el poder se concentre de tal manera que ya no sea posible volverlo a distribuir. Y que puede haber un fin a la lucha por la distribución del poder. Así, si creamos un centro en donde estén guardadas todas nuestras ubicaciones a tiempo real, habremos creado el mapa de Harry Potter en las manos de alguien, para los que no lo leyeron: un mapa en donde se puede ver dónde está quién en Hogwarts. Nosotros no lo construimos sobre Hogwarts, lo hacemos a escala mundial, y alguien en el mundo tiene la capacidad de ver dónde estamos, todo el tiempo. Y, más aún, quizás su mapa no sea bidimensional.

El criptoanarquista entiende lo que puede hacer una I.A sumada al análisis de Big Data. Reconoce que el futuro del Internet es lo más crucial a lo que se ha enfrentado la humanidad y sabe que poco a poco, construimos el trono del Arquitecto (Matrix).

Contempla la posibilidad: el poder podría concentrarse de tal manera que no podríamos volverlo a distribuir, ¿Y si la ciencia hace un descubrimiento excepcional y éste no es open-source? ¿Y si la distribución de armas en el mundo? ¿Y si la himnosis? El rostro del Siglo XXI bien puede ser más ajado que el anterior.

El anarcocapitalista, bajo el paraguas del NAP, no entiende el verdadero significado de las frases: Alguien botó una bomba en Nagazaki y luego de haber visto aquello, otra en Hiroshima, ese alguien debe tener una mente retorcida. ¿Qué hace en el poder una mente tan, tan retorcida?: es parte de una cultura en donde la guerra importa más que el prójimo. ¿Qué moral, qué tradición puede engendrarse entre los que hacen la guerra? ¿Quienes hacen la guerra? El anarcocapitalista no ve más allá del Estado. Pero la guerra la han hecho los reyes, los gobiernos y los bancos y las petroleras, como si cenaran en la misma mesa. ¿Acaso hay razón para creer que lo privado es siempre bueno?

No hay isla de Robison Crusoe, las instituciones que nos rodean son una sola mafia, las farmacéuticas, la FDA, y el Congreso. Así, los que hacen la guerra no tienen por qué estar solamente dentro del Estado, y por lógica, el poder debe descentralizarse en todos los ámbitos de la civilización.

Un criptoanarquista sabe que un factor fundacional para la descentralización del poder es la descentralización de los medios de comunicación, entiende la importancia de los periodistas alternativos, sabe que Google, previsiblemente, ha estado presionando y sesgando en contra de los medios de comunicación alternativos y entiende que las Open Source Investigations, al estilo de James Corbett, son una herramienta de descentralización esencial. Desconfía de CNN de CNBC y de la BBC y sabe de los lazos que esas instituciones tienen con el gobierno. Todo, porque tiene las raíces claras: el foco es el poder y no la propiedad.

 

Próximamente, segunda parte: El sentido de la Historia.

3 comentarios sobre “Criptoanarquismo no es Anarcocapitalismo

  1. Hablas de centralización metiendo en el mismo saco al estado y al sector privado, siendo “poderes” muy distintos, ni Facebook, ni Amazon ni la empresa tecnológica que más te guste es algo “centralizado” por la sencilla razón de que en un mundo capitalista (capitalista de verdad, no la socialdemocracia que impera en la mayoría de los países) todo el mundo es libre de tener propiedad privada.

    Si Facebook o Amazon han liderado el sector es simple y llanamente por ofrecer un buen producto/servicio, si Google es el rey de internet es por ofrecer de forma gratuita el mejor motor de búsqueda que haya existido, y esto es aplicable a cualquier empresa sea o no tecnológica. Son los usuarios los que deciden a través de sus compras (o uso en este caso) quien triunfa y quien no, si puedes hacerlo mejor que Google, hazlo, y le quitarás el puesto, te guste o no el capitalismo es una meritocracia.

    En cambio el estado y todo el sector público no lo es, obtiene el dinero en base a robar dinero del contribuyente vía impuestos, y es un robo porque no es voluntario en cambio si pagas una suscripción de Netflix, lo haces voluntariamente por lo que es legítimo, es la diferencia entre el estado y el sector privado.

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    1. Hola. Creo que debes investigar más sobre el origen de esas empresas. Te darás cuenta que fueron financiadas indirecta o directamente por ramas del gobierno y además beneficiadas por diversas leyes (como copyright). Pero ese no es el tema de fondo. La escencia del argumento es justamente la razón por la cual no te das cuenta de que la centralización del poder en el mercado es peligrosa y no basta con eliminar el mercado. Si te parece que Google es una corporación «buena», pregúntate qué puede hacer con todo su poder – busca Leaked Google video for employees en Google. Aún si fueran todos unos santos en la mesa directiva de Amazon, el hecho de que exista el poder de controlar los datos del mundo es un riesgo. Puedes seguir siendo capitalista si quieres, pero tu visión no es lo suficientemente profunda para entender los retos del siglo que viene.

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      1. «Te darás cuenta que fueron financiadas indirecta o directamente por ramas del gobierno»

        Con el primer punto estoy de acuerdo, hay empresas que se apegan al gobierno para obtener ventajas respecto a la competencia, es uno de los motivos por el que estoy en contra del Estado, todos deberían competir en igualdad de condiciones.

        «la centralización del poder en el mercado es peligrosa»

        No existe tal cosa, cualquier persona puede abrir una empresa, son los clientes/usuarios los que deciden lo exitosa que es una empresa a través de su consumo, meritocracia.

        » y no basta con eliminar el mercado. »

        El mercado no es más que las personas intercambiando bienes y servicios de forma libre y voluntaria ¿Cómo vas a erradicar eso? Sólo existe una forma, erradicar el concepto de propiedad privada, y la única forma de hacerlo es a través de la fuerza, el comunismo, precisamente lo contrario al anarquismo.

        «Si te parece que Google es una corporación “buena”

        Una empresa no es más que una forma de ganar dinero, mientras lo haga sin hacer daño a nadie no veo el problema, muchos se quejan de las políticas de algunas plataformas en internet (facebook, google etc…) pero la realidad es que cuando te registras en dichas plataformas aceptas un acuerdo donde viene explicado que hacen con tus datos, por lo que no hay nada inmoral en eso.

        A veces estas redes sociales han hecho cosas que no aparecen en dicho acuerdo, eso si me parece inmoral y debería ser ilegal, por lo demás, no veo el problema, si no estás de acuerdo con las políticas de esa plataforma no la uses, utiliza otra o incluso monta una propia con las políticas y valores que tu consideres, eso es descentralización

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